El oxímoron de los 40

Cumplir 40 años, por alguna razón que no alcanzo a comprender, supone una especie de punto de inflexión para las personas. Solo quien ha llegado a ese punto sabe lo que implica. Quizás sea que pasar a la cifra de los 40 es cuando uno ya abandona de forma definitiva y completa la juventud y se cae de cabeza para darse la hostia contra la realidad de la adultez. Con 39 aún puedes ser considerado joven. Con 40 no. Se ha dado, además, una situación un tanto complicada con mi 40 cumpleaños, el cual, por primera vez en muchos años, no he celebrado con mi familia al completo. Para más inri, haber estado deambulando en coche por mi barrio y haber agrupado una innumerable cantidad de recuerdos en mi cabeza no han ayudado a que cuando se hicieran las 12 y fuera «oficialmente» mi cumpleaños, sintiera esa dualidad de sentimientos, ese oxímoron de sensaciones que ha sido entrar en la cuarentena. 

No sé qué deparará lo que vendrá a partir de los 40. Solo sé que tengo un sinfin de sentimientos encontrados. El tiempo dirá.