Somos la suma de nuestras experiencias. La suma de lo que nos rodea. La suma de nuestras conversaciones. La suma de nuestras emociones.
Pero es innegable que en esa suma, siempre hay elementos que valen más.
Tomé posesión como Catedrático de Universidad, en el área de informática, el 21 de junio de 2022. Tu te has ido el 1 de julio, justo 10 días después. Y yo, solo hay una cosa de la que estoy seguro en esta vida, y es que seguro que no hubiera llegado a ser lo que soy, si no hubiera sido por ti.
Porque tú trajiste a mi casa el primer ordenador que tuve. Porque tú me enseñaste, no todo lo que sé, pero mucho más que lo elemental, para que yo me pudiera desenvolver por mi solo. Porque sin ese ordenador. Sin esos conocimientos. Sin ese tiempo que invertiste en mi, tu sobrino, no hubiera llegado donde estoy. Por eso, soy lo que soy, en mucha medida, gracias a ti.
Nuestro grupo, los Cornelione, hoy se queda más vacío. Igual que más vacío se queda este mundo, el nuestro, sin ti.
Para mi hoy, vuelve a ser uno de esos días donde quiero creer en todo lo contrario a lo que dicta mi cabeza, y de verdad espero que nos volvamos a ver, y nos tomaremos una Dorada.
Te fuiste de aquí. Pero jamás te irás de nuestros corazones. Tu recuerdo, perdurará siempre con nosotros. Y como tenías escrito en el WhatsApp, no morirás, porque seguiremos recordándote.
Sit tibi terra levis, Tio Jesus.
… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
El viaje definitivo
Corazón en el viento. Poemas agrestes, 1910-1911
Juan Ramón Jiménez