La pesadilla – Henry Fuseli
Hasta hace poco pensaba que solo había una forma plausible de explicar lo que uno siente al morir: muriendo y volviendo. Obviamente no en un sentido literal, ya que se supone que si mueres, mueres. Esta suposición es en realidad ciertamente variable y dependiente de muchos factores. Muchas veces hemos leído casos de gente que estaba «muerta» y luego volvía a la vida. Quizás se debe a que el concepto de muerto es bastante complejo, y determinar que está vivo y que está muerto no es una cuestión para nada baladí.
En cualquier caso, esa persona que alguien determina que está muerta, y luego no lo está (es lo que entiendo que sucede en realidad, no que vuelva a la vida), puede haber experimentado lo que se conoce como experiencia cercana a la muerte (ECM). Una ECM es básicamente una percepción que una persona que ha estado a punto de morir (o «ha muerto») siente. Hay muchas supuestas explicaciones científicas respecto a esto, en su mayoría con un fundamento químico que el que suscribe estas líneas está más que dispuesto a creer… al fin y al cabo, la química es lo suficientemente poderosa como para hacernos creer sentir cosas o elementos que realmente no están ahí.
Como decía, hasta hace poco consideraba que esta era la única opción que uno tenía para explicar lo que se siente al morir. Tener una ECM. Pero ayer algo hizo que me replanteara esta opinión: mi muerte en sueños.
No es la primera vez que me ocurre, y no es la primera vez que siento que «muero» en uno de mis sueños. Creo que todos en mayor o menor medida habremos experimentado sensaciones pobremente descriptibles en nuestros sueños, incluyendo el clásico «sentir que uno se cae desde una gran altura» estando en la cama, clásico donde los haya que proporciona a la vez una sensación de ansiedad y placer, probablemente dado por un engaño al cuerpo y un incremento de algún tipo de hormona o elemento químico en nuestro organismo. Pero caer, no implica una muerte necesaria, implica probablemente las mismas sensaciones que si nos tiramos en paracaídas, todas ellas supongo relacionadas con la adrenalina o similares.
De lo que hablo es de algo diferente: es de estar soñando con algo que claramente una vez despierto solo podemos asociar a un sueño (por la irrealidad de cumplirse, fundamentalmente y en mi caso, por incumplir muchas y diversas leyes físicas). En realidad, esta premisa no es completamente necesaria: podemos sentir lo mismo con sueños que describan situaciones plausibles, pero en este caso que comento, no es así, era una situación irreal. Ante una situación irreal que por cierto era un sueño relativamente plácido. No recuerdo los detalles, y lo poco que recuerdo tenía que ver con una especie de «nave espacial» en la que iba viajando junto con más gente que no recuerdo… una especie de éxodo forzado de la tierra.
El caso es que dentro del sueño, en un momento dado, alguien que no recuerdo aparece de repente fuera de la nave, y automáticamente mi sueño me hace interpretar que esa situación, un tanto kafkiana por cierto, implica mi muerte. Y así la siento. Siento algo en mi cuerpo que solo he podido recordar y asociar con la muerte. Con que en ese sueño, moría. Obviamente no morí, pero recuerdo despertarme y sentirme completamente desolado, por haber sentido lo que era la muerte. Recuerdo no ser capaz de abrir los ojos por miedo a que abrirlos implicara que era algo real, y que moriría. Recuerdo sentir pánico, mucho miedo.
Es bastante complicado describir desde un punto de vista físico lo sentido. Fue una sensación similar a la de caer de una altura sobre la cama, una especie de respigo u hormigueo que te recorre el cuerpo de los pies a la cabeza, con la diferencia de que al llegar a la cabeza sientes algo que te indica, simple y llanamente, que estás muerto.
Buscar referencias no me ha servido de mucho. Es algo que tengo claro que he sentido otras veces (aunque no lo haya contado… aunque no recuerde cuando fue la última), pero algo que existe y existió en mí, claramente. Las pocas referencias en mis vagas y breves búsquedas hablan de la parálisis del sueño, algo que conozco por haber sentido en varias ocasiones, y que aunque ciertamente también es aterrador, es diferente.
No sé lo que es, no sé si es lo que uno siente ante la inminente muerte, pero es lo más aterrador que he podido sentir en mis carnes. Probablemente tenga una explicación psicofisiológica, probablemente también el matiz del sueño (una nave espacial, el espacio, el infinito… el todo y la nada) tengan hasta una cierta base o relación con la percepción sentida. Quién sabe.
Solo se, que si antes de la muerte eso es lo último que sentimos, nos despediremos de este mundo llenos de angustia.