Amistad

Los amigos en el mejor de los casos se cuentan con los dedos de las manos. A veces, con el de una mano sola. La mayoría de las personas que están en nuestro «círculo» o red son conocidos. Hay tres tipos de conocidos:

Los lejanos, que generalmente tenemos decenas o cientos. Es todo ese que tienes en el instagram, facebook o similar con el que en el mejor de los casos interactúas cuando Facebook te recuerda su cumpleaños.

Luego están los cercanos: son aquellos con los que hablas de cuando en cuando, de vuestras vidas. Interactuas con ellos, quizás, 5-10 veces al año para saber mutuamente de vuestras vidas. Los aprecias, los quieres cerca, te irías de cerveza y fiesta con ellos, pero no serían confidentes de tu vida en general.

Y finalmente, de conocidos, están los muy cercanos. Son gente con la que interactúas muy a menudo. Semanalmente. Quizás cada 15-20 días. Habláis de vuestra vida en general. Te preocupas por ellos, harías planes muy «íntimos» con ellos, pero tampoco serían confidentes de tus aspectos más importantes de tu vida.

Y luego, están los amigos. Esos que como digo contarías con los dedos de las manos (y en la mayoría de los casos con los de una sola mano). Son aquellos con los que incluso aunque no hables en semanas, sabes que puedes confiar en ellos cuando sea, para lo que sea. Sabes que estarán ahí aunque hace meses que no habláis. Es aquel que le puedes contar tus secretos, tus confidencias, y sabes que no te traicionará. Es aquel que contigo hará lo mismo, te contaría hasta el más oscuro detalle de su vida si necesita tu opinión o ayuda. Es aquel en el que puedes confiar cuando sea y para lo que sea.

Es muy difícil tener amigos. Es normal. Todos tenemos nuestras vidas y nuestra forma de ser, y no siempre encajamos con los demás. No siempre somos capaces de confiar de la forma más profunda posible que requiere la amistad, o simplemente no nos sentimos plenamente agusto. Es por eso que es tan complicado tener un gran número de amigos. Es por eso que la amistad es tan compleja. Es por eso que la amistad debe ser, en mi opinión, para siempre. Es por eso que como he puesto en la imagen que ilustra la entrada, amistad que acaba, no había comenzado.

En los últimos meses he sentido un gran vacío en mi interior. He sentido como gente que yo consideraba mi amiga ha dejado de serlo, o de estar. Mi amigo Javi falleció de forma repentina y sin esperarlo en agosto. Javi era una de esas personas con las que llevaba meses sin hablar y con la que me sentía en cierto modo «mal agusto» porque nos habíamos separado, pero que mis experiencias y mi vida con el no podía hacerme sentir de otra forma que no fuera que considerándole mi amigo. En septiembre de 2021, tuve la desgracia de ver y de sentir como otra amistad se diluia. Una de esas amistades que aún estando lejos, físicamente, pensaba que estaba ahí y que siempre seguiría ahí. Pero dejó de estarlo. Y finalmente en diciembre tuve el último roto en mis amistades, viendo como alguien tremendamente cercano en mi día a día «traicionaba» mi confianza y mi forma de ver la amistad.

En 4 meses he perdido 3 de mis 6 amigos. La mitad. El 50%. Es muy duro sentir como pierdes amigos. Porque como he dicho los amigos te conocen. Te quieren. Te respetan. Están ahí cuando los necesites. Pero también están cuando no se necesitan.

La vida es muy corta. Y a medida que pasan los años sientes como la necesidad de la amistad es mucho mayor. Conservar a los amigos.