Fear and shame

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¿Dónde radica exactamente la creatividad? En este caso me refiero a la escritura. Mi ordenador está plagado de innumerables amagos de (comienzos de) libros, relatos (algunos cortos, otros no tanto), historias, reflexiones… Está lleno de documentos de texto que pretendía que llegaran a ser algo, pero, ¿lo serán?.

Creo que prácticamente siempre sigo el mismo patrón creativo: abrir un documento a altas horas de la madrugada en un estado que en el mejor de los casos se podría calificar de semi ebrio, en el peor de jodidamente pedo y de media de simplemente colocado. Y tecleo. O aporreo el teclado, no sé. Hoy estaba leyendo algo que escribí la semana pasada y he decidido mandarlo a tomar por el culo. Unos párrafos… pero eran auténtica mierda. Pero de la de verdad.

Otros de mis muchos engendros simplemente permanecerán en mi ordenador probablemente hasta la eternidad, generando una especie de síndrome de Diógenes digital del escritor frustrado. Creo que tengo decenas de documentos. De ideas que surgieron en algún momento y que creí que sería capaz de escribir lo suficiente como para transformarlo en algo que pudiera ser leíble. Pero luego llega la verdad: se le baja a uno la euforia, lee lo escrito y piensa que simplemente es idiota. Leo mis textos y pienso que no se escribir, simplemente. Que abuso de adjetivos, que doy demasiadas vueltas a las cosas, que me repito, que cambio de tema sin venir a cuento… Pero aunque creo que es mierda, normalmente no lo borro. No lo borro porque siento que es una mierda que podría llegar a ser algo. Siento que es una mierda con posibilidades, si es que eso puede darse y existe.

Entonces dudo de donde viene la puta creatividad y la capacidad y de si escribir es algo que tenga que seguir un canon real, o si en realidad podría cada uno escribir lo que le saliera y como le saliera de la polla. Y mi argumento se basa en lo siguiente: A mi generalmente los libros de La sombra del viento y relacionados de Carlos Ruiz Zafón me gustaron. Es decir, los leí, me entretenía su historia y asumí que eso era suficiente. Pensaba que el objetivo de un libro de esas características era simplemente el de entretener. Quizás reflexionar sobre algún punto o alguna cosa concreta, pero fundamelmente, entretener. Y así lo he pensado creo que con el 99% de los libros que he leído. Alguna excepción me ha llevado más allá del mero entretenimiento y me ha hecho pensar, reflexionar de verdad (como por ejemplo El mundo de Sofía; y probablemente alguno más que no recuerdo ahora), pero el objetivo principal era el entretenimiento. Pues bien, hace creo que un par de años vi un vídeo en YouTube donde dos personas se ponían analizar los libros de Zafón desde un punto de vista de escritura/literatura, para ponerlo a parir. Vi el vídeo y me di cuenta de que en muchas cosas tenían razón. No recuerdo los detalles pero recuerdo haber sentido que sí, que lo que decían era cierto, pero recuerdo que también pensé: ¿y qué?. Técnicamente según estos fulanos parece que es una mierda. Abusará de esto y lo otro. No soy escritor y tengo que reconocer que mis conocimientos de lengua y literatura se perdieron en algún lugar oscuro tras la selectividad y dudo que vuelvan jamás, y por lo tanto quizás me costaba tanto entender la crítica.

Uno debe pensar entonces sobre cuál es el objetivo de un libro. Hay muchas clases de libros claramente con objetivos diferenciados, pero cuando hablamos generalmente de géneros como la novela y relacionados, géneros que no te quieren enseñar nada, que no quieren que reflexiones, que no quieren sacar nada de ti más que entretenimiento, ¿tan importante es la técnica?

Supongo que dependerá a quien preguntemos. Los dos del vídeo que vi imagino que dirán que sí. Carlos Ruiz Zafón ha escrito libros leídos por miles de personas, a las que les habrá gustado más o menos la historia y la técnica, pero al fin y al cabo si un libro lo leen miles de personas supongo que será por algo. Como por ejemplo en su momento Dan Brown con el Código Da Vinci o… en fin, cualquier best seller. Ofrecen algo que la gente quiere.

Pero mi yo interior entra en conflicto últimamente. Reconozco que no leo tanto como me gustaría. Por falta de tiempo, por falta de ganas de empezar determinados libros, etc. Pero cuando empiezo, me fijo algo más en la forma de escribir. Leo libros que me gustan las historias pero a veces pienso que lo que está (como está) escrito es una mierda. No sé porque. No sabría identificar qué es lo que no me gusta de la forma de escribir, pero lo identifico como una puta basura. Y eso provoca mi “crisis de identidad” cuando escribo. Porque luego leo lo que yo he escrito y siento que lo que estoy escribiendo es “igual”, cuando, seguramente (y no es por falsa modestia) sea de hecho una puta mierda de verdad en comparación con lo que yo leo y considero que es una mierda. Pero es así.

Creo que mi problema viene dado por lo que quiero escribir. Quiero escribir sin tabús, quiero en realidad escupir y vomitar palabras, sentimientos, pensamientos y reflexiones. Quiero decir lo que me gustaría gritar a los cuatro vientos y que no puedo por mi vida y la sociedad. En el fondo creo que es porque soy un poco cobarde y trato de echar la culpa a “la mala técnica” de lo escrito, cuando la culpa es mía y de mi miedo y vergüenza, de mi cobardía. Creo que escribo cuando estoy borracho y colocado porque es cuando sale el que probablemente se acerque a mi más auténtico yo, y siento que es una mierda al leerlo sobrio porque mi yo sobrio sabe que aunque lo que mi yo colocado ha escrito es puta verdad no debe ver la luz. Y me saboteo bajo la excusa de la escritura de mierda (aunque luego también lo sea).

Lo que yo creo que son mis mejores ideas vienen siempre en dos momentos: estando colocado y cuando estoy a punto de dormir. Es una especie de analogía con el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Mi yo sobrio y perfectamente consciente es el Dr. Jekyll, alguien que puede tener verdaderas ideas brillantes (bueno, o eso creo) sobre que escribir, pero que lamentablemente su puto cerebro de mierda solo tiene la intención de enviárselo cuando está apunto de dormirse, en ese momento de duermevela donde tu cerebro aún es consciente y piensa en cosas maravillosas pero por una parte tu cuerpo no responde (como una especie de parálisis del sueño), y aunque respondiera, ¿Qué hacer? ¿Levantarme en medio de la noche a escribir? No funcionaría ya que es en ese estado semi inconsciente donde surge la inspiración. ¿Dictarlo? Aunque pudiera (que lo dudo) Laura me mataría si en medio de la noche empiezo a dictar sabe Dios qué jodida perversión. Por otra parte, está Mr. Hyde, que nace igual que en la novela de Robert Stevenson con una cierta “bebida”, que en mi caso me da la inspiración.

Luego está la peor parte, la más oscura de todas: la de la vergüenza y el miedo. La de escribir lo que me venga a la cabeza “con inspiración”, algo que sea una reflexión, no lo suficientemente grande como para ser un “relato” o “historia” o “amago de comienzo de libro” que necesite más material y más supervisión. No. La reflexión. Como esta. La reflexión que escribo durante minutos mientras pasa el tiempo hasta a veces llegar el amanecer y que simplemente borro o dejo en un cajón nuevamente. Un cajón que nuevamente revisaré y pensaré que es mierda, pensaré que es una idea de olla de una mentalidad perturbada por diferentes sustancias y que debe ser eliminada.

He leído poco de Bukowski pero debo reconocer que lo admiro. Bukowski es, creo, de los pocos escritores que pueden atraer tantos sentimientos.

Por una parte, Bukowski pareció ser un tipo que simplemente escribió lo que le dio la gana. Su personaje principal (Henry Chinaski) que según he leído parecía ser un claro (si no exacto) reflejo de el mismo evoca tanto asco como admiración. Admiración para todo aquel que cree o que se entusiasma ante la idea de que es posible una vida sin seguir las reglas básicas, una vida donde el alcohol y las mujeres pueden ser tu principal fuente de inspiración y sustento. Asco para quien vea todo lo contrario, para quien lo considere un machista, un misógino, o sabe Dios qué más. Para el que cree que la vida salvo casos excepcionales o que quieras vivir en la miseria implica que sigas el juego establecido de buena conducta, que seas aquello que la sociedad te ha dicho que seas.

Por otra parte está la visión de la lectura de Bukowski como un referente de rebeldía, pero de falsa rebeldía. Una especie de sentimiento de querer ser Henry Chinaski y salirte de la realidad que marca tu sociedad. Querer ser quien no eres, o no eres aún, y utilizar la figura de Bukowski y sus libros y sobre todo sus frases para sentirte bien contigo mismo aunque no comulgues con mucho de lo que escribió, pero es un grito de rebeldía. No te gusta Bukowski y sus ideas, te gusta la rebeldía que representa. Es como quien lleva una camiseta de AC/DC o Los Ramones sin apenas haberlos escuchado (o saber quiénes son), como quien lleva una camiseta del Che Guevara sin poder explicar nada sobre él. Sabes que es un símbolo que suscita cierta rebeldía. Quieres ser rebelde. Te compras la camiseta. Sientes envidia de una vida de alcohol, mujeres y no seguir las normas. Compartes en Facebook frases de Bukowski. Y aquí llegaría el punto donde alguien se ofendería por esas cosas, y el policorrectismo actual me incitaría a decir que no quiero ofender a nadie y que simplemente es una opinión y que blablabla.. pero sinceramente me la pela. Si te ofendes te jodes.

Finalmente está la visión de Bukowski como una especie de referente. Le lees y lo admiras. Pero de verdad. Admiras lo que escribió. Aunque no comulgues con todo. Pero admiras los huevos tan grandes que tenía al escribir lo que escribió, y sobre todo, COMO lo escribió. Admiras el valor de tener una forma de escribir, y sobre todo, unas cosas que escribir, donde no te importan las consecuencias. Donde simplemente dejas que tus manos dejen escapar combinaciones de letras que darán lugar a algo que hará que te odien y que te amen. Pero no lo haces para ninguna de las dos cosas. Lo haces porque es lo que tienes que hacer. Porque es lo que quieres. Lógicamente es mi visión de porque este hombre hizo las cosas… no tengo ni puta idea de la realidad, pero es lo que me gustaría creer que el sentía.

Cuando acabé el primer libro de Bukowski quise saber un poco más sobre lo que escribía, sobre la forma de escribirlo. Sobre no cortarse y tirar por encima de “todo” y “todos”. Llegué a leer que era realismo sucio, aunque el término me parecía interesante, la definición no me llegó a convencer. Quizás porque nuevamente nos enfrentamos a una cuestión literaria donde se define su obra desde un punto literario, y no desde un punto del contenido y las formas. Quizás simplemente se trate de un “movimiento” que se denomina “decir lo que te sale de los huevos” y ya está.

Llevo realmente mucho tiempo escribiendo. Quienes me conocen desde hace años lo saben. He tenido varios blogs donde he escrito. Donde, en fin, ha habido gente hasta a la que le gustaba mi forma de escribir y lo que decía. Porque antes realmente no me cortaba, aunque antes simplemente mi escritura giraba en torno a mí y mis problemas, y ahora quiero que lo que escriba no esté personalizado, o no al menos de una forma directa. Quiero escribir sobre lo que pienso, lo que soy yo, lo que anhelo, lo que siento, y lo que me invento. Quiero plasmar mi yo y mi no-yo en algo. Quiero escribir para entretener a la gente. Pero no a modo novela, me es imposible pensar en historias que sean lo suficientemente enredadas y lo suficientemente entretenidas, y sobre todo, lo suficientemente largas. Quiero entretener aunque no haya la clásica estructura de inicio-nudo-desenlace. Quiero simplemente dejar los dedos libres y hacer algo. Quiero que guste, pero si no gusta, tampoco pasa nada, ¿no?

Hace poquito leí “La conjura de los necios”. Se la recomendé a mi padre y no le gustó nada, pero a mí me encantó en cierto modo. Me encanto porque en cierto modo me recordaba también a los libros que he leído de Bukowski donde no hay una clara historia que derive en un final concreto. Simplemente cuenta algo, una historia. Y eso es lo que yo quiero hacer.

Lo único que fui capaz de escribir con una “especie” de inicio nudo y desenlace fue un relato que aunque parezca increíble acabé. Bueno, la verdad es que lo de este relato es gracioso, porque lo escribí hace ya varios meses, y lo tengo pendiente de hacer algo con él (¿intentar publicarlo?. Se lo envié a mi padre sin decirle más que “he escrito esto” y su opinión (aparte de algunas correcciones) fue que simplemente pensaba que era la introducción de un libro. Algo que debe tener unas 15-20 páginas y que me costó horrores rellenar para mi padre era una introducción. Reconozco que podría serlo. Pero mi objetivo era simplemente hacer un pequeño relato. ¿Qué da para más? Claro. Pero me cuesta horrores escribir 200 páginas más con personajes que se relacionen entre si y que encajen en mi historia. Que por cierto, la escribí hace meses, no he hecho nada con ella, pero la verdad que luego viendo alguna película creo que he medio plagiado (me he basado mejor dicho, y de forma inconsciente, lo juro… vi una peli con argumento “similar”, y viendo el telediario creo que puedo convertirme en una especie de Nostradamus). Pero en fin, esa es otra historia.

Hoy esto va de mí. Realmente naraka desde su concepción siempre ha ido de mí, aunque he querido ser un yo oculto. He querido deshacerme de mis blogs y crear uno nuevo donde no se me identifique tan fácilmente. He querido crear algo que de verdad transmitiera un pensamiento transgresivo. Quería que naraka fuera una puerta al mundo de eso que he contado en estas páginas sin exponerme demasiado. Quería una anonimidad. Hoy en día todo está demasiado jodido como para escribir lo que uno de verdad piensa y quiere sin que ello pueda tener consecuencia. La sociedad se va a la mierda a pasos agigantados, y no solo por cuestiones relacionadas con la libertad de expresión, la falta de ella o las posibles ofensas, sino por muchas otras cosas, pero principalmente porque la sociedad es una falsedad como concepto global. Y con esto, a pesar de ser un tema muy reiterativo, acabo.

He buscado la definición de sociedad, y he encontrado esto:

«Conjunto de personas que se relacionan entre sí, de acuerdo a unas determinadas reglas de organización jurídicas y consuetudinarias, y que comparten una misma cultura o civilización en un espacio o un tiempo determinados.»

Y dejando de lado que no sabía lo que significa la palabra consuetudinarias (ahora ya sí J) creo que la definición es perfecta, aunque describa en cierto modo un concepto de “mierda”.

Las personas nos relacionamos entre sí en grupos de mayor o menor tamaño. Las sociedades básicamente se generan en entornos o contextos. Podríamos tener varias mini sociedades con “mis amigos y yo”, “mi familia y yo”, “mis compañeros de trabajo y yo”, donde en este caso todas me tienen en común a mí y para cada una aplican unas determinadas reglas (cosas que hablo o hago/puedo hacer según las reglas del grupo con la gente del trabajo no las hablo/hago con amigos, cosas que hago con mi familia no las hago con los del trabajo, etc.). Pero estas sociedades son demasiado “locales” y aplican a grupos que en primer lugar son muy pequeños, que en segundo lugar son demasiado diversos y mixtos (¿Dónde se limita un grupo? Podría tener varios grupos de amigos, diferentes reglas además según convenga, etc.). Por eso las sociedades suelen agrupar poblaciones más grandes. Aun así siempre es difícil delimitar una sociedad, porque la mezcla precisamente de individuos y por lo tanto de sociedades hace que los límites de una y otra a veces se entremezclen, y en la sociedad “A” puede haber la regla de no comer perro, pero en la “B” es posible. ¿Qué ocurre cuando se mezclan individuos de ambas?

La solución que entiendo que se aplica hoy en día hace referencia a límites territoriales. Perteneces a una determinada sociedad si resides/llámalo X en una determinada área y te riges por sus normas. Si te vas a otro área (aunque sea de viaje), debes acatar sus normas. Es lo que nos ocurre cuando nos vamos por ejemplo a Holanda. En Holanda en los Coffee Shop podemos consumir marihuana de forma legal (ley/regla de la sociedad holandesa). En España no existe el concepto de Coffee Shop y por lo tanto teóricamente no podemos fumar de forma legal (ley/regla española) (nota: no voy a entrar en la complejidad de si es posible fumar aunque sea consumo propio o de los clubes donde es posible… permitirme la simplificación). La cuestión es que las sociedades (delimitadas en este caso por cuestiones geográficas) delimitan lo que es legal o no. Imponen a sus miembros una serie de reglas, gusten o no.

Este concepto de sociedad y de las reglas establecidas para esa sociedad, si uno se para a pensarlo es tremendamente interesante, pues al fin y al cabo “alguien” establece una serie de reglas a aplicar al resto de miembros de una sociedad. Alguien impone. Como premisa básica me da por pensar que no entiendo como la verdad podemos llegar a este mundo, que realmente no es de nadie, bajo imposiciones de ningún tipo. Ni sobre reglas sobre cómo vivir, ni sobre nada, pero es así.

No obstante, no soy tan radical. Entiendo los mínimos. Entiendo que todo aquello que provoque daño a otro debe estar amparado bajo esas reglas. Entiendo que todos deberíamos tener los mismos derechos, que todos somos personas, y que el infringir daño sobre otro no debe permitirse. Entiendo que debe garantizarse esa igualdad, tanto para quien ha tenido las mayores y mejores oportunidades por su estatus social o familia como para quien no. Para quien genéticamente ha tenido suerte como para quien no. Entiendo una sociedad igualitaria, donde se respete y se premie a quien obviamente trabaje y se esfuerce más, pero donde no se castigue o reprima a quien no ha tenido suerte de tener las mismas oportunidades.

Para mí el concepto de sociedad es muy interesante. Es interesante por esas reglas “impuestas”, por esas reglas que en la actualidad aquí en España puede imponer una serie de personas a las que votas como representantes aunque hagan luego lo que les salga del nardo. Es interesante por las diferencias que existen entre sociedades, pero sobre todo es interesante por las reglas que se imponen. Es interesante que existan reglas que cohíban al individuo en su libre hacer siempre que no haga daño a nadie.

Desde hace años (y quizás esto debería saberlo como parte de lo que me enseñaron en el colegio, pero si es así, no me acuerdo) me da por pensar por ejemplo en el tema de las tierras y las propiedades. En pensar como cojones a alguien un día se le ocurrió que el puto planeta Tierra se podía dividir en trozos. Y no me refiero a los países, que los comprendo hasta cierto punto como formas de diferenciar esas “sociedades”, si no en terrenos, casas, parques, montañas. ¿En qué momento una superficie de un bosque o de un prado o un terreno pasa a ser “de nadie”? El concepto de propiedad me asombra, y la verdad que agradecería que si alguien me pudiera dar información de cómo hostias empezó todo esto. Me gustaría saber en qué momento un fulano dijo: vamos a dividir esta superficie en 10 partes, y esta es para fulano, esta para mengano, esta para mi prima y esta para… tu puta madre.

¿En qué momento el ser humano asumió que la Tierra era suya? ¿Qué podía cortarla y repartirla como un pastel?

En fin. Las sociedades la forman sus individuos. Y los humanos como especie somos unos individuos de mierda, sinceramente. Sobre todo porque establecemos como sociedades a veces unas jerarquías tan fuertes entre los miembros de las sociedades que creo que perdemos el norte y olvidamos que todos somos personas, que somos iguales, con los mismos derechos. Que cuando el juego acaba, tanto el peón como el rey van a la misma caja.

6 páginas más tarde no sé si he conseguido descubrir donde radica la creatividad. No sé si continuaré con mis escrituras. No sé si el miedo y la vergüenza darán paso. Pero hoy al menos publico esto. Me atrevo. Es un paso.