Outlier

En estadística un outlier es un valor atípico. Algo que se separa del resto. Es una especie de oveja negra del rebaño. ¿Quién no se ha sentido outlier alguna vez? ¿Quién no ha discrepado abiertamente contra el resto en alguna ocasión? O… lo ha pensado pero… no lo ha hecho por la presión social.

Los rebaños son rebaños porque todos siguen la misma dirección. Porque van unos tras otros sin pensar si donde van es donde realmente deben o quieren ir. Van porque alguien les dirige. La sociedad en general es un rebaño. En España por ejemplo elegimos políticos en base a unas convicciones o ideas que nos cuentan sobre lo que pretenden hacer cuando llegan al poder, pero casi siempre las promesas políticas se quedan en ese dicho popular de “prometo prometo hasta que la meto”. Políticamente nos obligan a ser rebaños. Una democracia parlamentaria donde escoges a una serie de personas para que “parlamenten” y decidan por ti implica simple y llanamente que, te guste o no, te has comprometido con esas personas y sus ideas. Aunque luego hagan lo contrario. Es un rebaño temporal que generalmente dura 4 años hasta que tenemos la oportunidad de escoger otro rebaño (o el mismo). Pero no tenemos capacidad de decisión propia más allá de escoger a nuestro(s) líderes o pastores del rebaño. Luego, les seguimos, aunque sea forzadamente.

Pero la política no es el único aspecto donde somos una panda de ovejas o cabras descerebradas. La sociedad y las imposiciones sociales son una fuerza demasiado fuerte. Las opiniones contrarias a lo que establezca la sociedad actual (o mejor dicho: las corrientes actuales de la sociedad) hacen que tengamos que simplemente seguirlas. Un ejemplo es el denominado movimiento feminista (y ruego se me perdonen por las imprecisiones teóricas o de clasificación) donde desde mi punto de vista la cosa se ha puesto tan negra que si prácticamente no estás en contra de la existencia del género masculino eres un macho opresor. Lo siento… creo que el feminismo como concepto de igualdad ha aportado mucho y tiene mucho que aportar, pero la rosca a alguno se le ha ido de las manos cuando prima la supremacía. Lo siento, igual es que esta opinión me viene del pene y por eso no es correcta. Creo que cualquiera con dos dedos de frente entenderá donde están los límites de lo que es correcto desde el punto de vista feminista y lo que es pasarse.

Pero quien sabe, quizás es una cuestión de outliers nuevamente. Considero que los outliers son buenos. Todo aquel que sea capaz no solo de “pensar fuera de la caja”, sino incluso de atreverse a plantar cara a lo que son las “corrientes absolutistas” (término que me acabo de sacar de la manga y que no se si existe para denominar todo aquello que debe seguir la denominación o sentimiento social general) es bueno. Mi siguiente frase (y escribí parte hasta que la borré y escribí esta) era “Que no se me malinterprete”, e iba a poner probablemente una explicación de al menos un párrafo sobre lo que quiero decir para matizar mis palabras al 100% y tratar de no dejar atisbo alguno de duda sobre lo que quiero decir. Menuda puta mierda, sinceramente.

El policorrectismo ha llegado. Hace 10-15 años claramente Internet no tenía el auge que tiene hoy. Cuando yo me conectaba a Internet con 14-15 años lo hacía para conectarme a la principal fuente social que había por entonces (los chats del IRC). No existía Twitter, Facebook ni mierdas similares (bueno, fotolog quizás.. aunque creo que eso fue más tarde y era un concepto diferente al de las redes actuales). La cuestión es que tu podías decir lo que te saliera de los huevos, y si a alguien no le gustaba te lo hacía saber, te insultaba incluso pero a los dos días nadie se acordaba de lo ocurrido y todo quedaba en una mera anécdota a lo sumo. Hoy en día la cosa está terriblemente jodida: las opiniones que uno vierte en un medio público-social (como éste) pueden ser tomadas en consideración de una manera tan ferviente que hay gente a la que (temporalmente) le pueden “arruinar la vida” (digo temporalmente porque todos estos fenómenos afortunadamente pasan y se olvidan).

Pero la cuestión no es que las cosas pasen y se olviden, no. La cuestión es cómo es posible que hayamos llegado a esa jodida situación en la que cada puta palabra se analiza y critica con las mayores de las vehemencias. No soy una persona especialmente dada a las redes sociales de gran alcance (Twitter, Instagram)… tengo Twitter y mi única actividad se suele basar en retuitear temas relacionados con ciencia (sobre todo chistes). Mi Instagram no tiene ni una foto y nunca entro. Y el único vínculo semi-social es Facebook, donde no me suelo cortar demasiado… pero realmente no digo todo lo que pienso. Quizás porque no tenga por qué decir, quizás porque a la gente le importa una puta mierda mi vida… de ahí que la mayoría de mis publicaciones se limiten (salvo algunos momentos sociales) a compartir cosas que considero interesante o divertidas.

Pero lo realmente duro es que en realidad no comparto muchas más cosas (sobre todo en Twitter) porque le tengo verdadero miedo. Tengo verdadero miedo a decir algo que siente mal a alguien y simplemente se dediquen a joderme y acosarme por las putas redes (¡o incluso físicamente!). Hay mucho tarado. ¿Y por qué en el fondo tengo miedo? Porque muchas de mis opiniones sé que no casan con la borregada general (aquí debería matizar y pedir disculpas por adelantadas por dar a entender que quien sigue las corrientes es un borrego… pero no lo voy a hacer porque no me sale de la polla. ¿O ya lo he hecho? Que cosas…).

No me considero un “outlier” por una cuestión de distinción, de ser cool. Esa es otra rama… está el borrego y entre muchos otros está el que se quiere desmarcar para llamar la atención… No, no es realmente eso. Me considero outlier porque creo que pienso muy diferente. Porque me comparo con el resto de la gente y pienso para mí mismo: ¿de verdad?, ¿tan diferentes somos?. Pero la cuestión quizás es que no seamos tan diferentes. Quizás ellos juegan el mismo papel que yo generalmente juego. El de la integración, el de parecer normal, el de ser uno más. El de diferenciarse lo justo para no destacar. El de que mis acciones y opiniones se mantengan en un discreto segundo plano. Al fin y al cabo, siempre hay dos opciones: seguir la corriente y mantenerse en una sosegada tranquilidad, o salir del rebaño y empezar a dar por culo. Lo peor de todo es que lamentablemente la vida no es como un rebaño de ovejas. Si una oveja se sale del rebaño el resto del mundo sigue. Solo es necesario que alguien esté dispuesto a llevarla de nuevo al redil. Pero las ovejas no se salen de su rebaño por cuestiones ideológicas. No dejan lo que conocen y es medianamente seguro por convicciones. Simplemente, ocurre (supongo que podrá haber alguna explicación científica.. la desconozco, y tampoco la necesito para mi analogía).

Pero las personas somos muy diferentes. Salir del rebaño puede hacerse de diferentes formas y uno puede alejarse más o menos. Uno puede seguir las ideas generales y matizarlas, o puede seguir las ideas generales pero oponerse a alguna, o puede estar en contra de casi todo o todo. O.. simplemente puede pensar diferente. Puede pensar que lo que la sociedad considera incorrecto no tiene por qué serlo, y viceversa. Puede plantearse que las cosas son simplemente más complejas o diferentes. Puede plantearse lo que yo considero que es una verdad universal aunque nos cuesta terriblemente entenderla, comprenderla y aceptarla (sobre todo pensando en caliente, sin reflexionar): que todas las personas somos diferentes.

Que a mí puede gustarme leer, pero a mi vecino no, que a mi puede gustarme quedarme en casa tranquilamente, y mi primo prefiere salir a hacer deporte, que a mí me puede gustar salir de fiesta y emborracharme y ponerme hasta el culo, pero que a mi hermano le va más estar en casa fumándose porros, o que a mi sobrino el de cuenca lo que le gusta es quedarse en casa viendo películas. Seguimos unas reglas sociales claramente marcadas, aunque dentro de nosotros tengamos un outlier para lo que sea. O eso creo. Lógicamente afirmarlo iría en contra de lo descrito, porque todos somos diferentes, y habrá quien no. Pero honestamente me resulta muy difícil creer que haya personas que no tengan ese lado completamente oscuro. Ese lado difícilmente confesable porque la sociedad entiende que no es adecuado, a pesar de que la sociedad evolucione. ¿Y que es ese lado oscuro? Bueno, entiendo por lado oscuro todo lo que se sale de las generalidades o parámetros que marca la sociedad. Esas cosas que si dijeras en público haría que la gente se avergonzara o se riera (generalmente nerviosa), porque nadie se atrevería a decir en público, aunque lo haga, lo piense o quisiera hacerlo. Esas cosas que la sociedad a veces castiga, otras critica y otras simplemente no ve con buenos ojos. Y para muestra, un botón. Voy a poner lo que yo considero los dos principales elementos que sé que  la sociedad generalista consideraría en cierto modo profano (nótese que hablo de lo que yo veo, siento y mi visión del mundo.. que claramente no tiene por qué coincidir con otros):

  • El sexo: Un tema más abierto cada vez, pero tabú. Temas que rara vez se hablan con naturalidad y confianza a pesar de ser la piedra angular de nuestra existencia (bueno, la reproducción, pero esta llega con sexo). Pero seamos más explícitos, hablemos de temas que causen pudor, vergüenza o simplemente malestar en públicos generalistas: el sexo homosexual, el sexo con varias personas, el sexo anal, los bukkake, un gang bang, pensar en tus padres follando, pensar en que a tu hija/hermana/prima pequeña que tanto adoras y se va haciendo mayor se la acabarán follando y probablemente alguien tan o más degenerado sexualmente que tú, los juguetes sexuales, el morbo del sexo en público, el pensar en follarte a los novi@s de tus amig@s, el ir de putas, el que te metan un dedo por el culo siendo hombre, el que se corran en tu cara, en tu boca, el hacer un trío o una orgía, el tener una relación tipo poliamor, las guarradas que quieres hacer que has visto en una porno, ….
  • Las drogas: Si te tomas unas cervezas en la semana está bien. O unos vinos. Incluso si cae uno o dos cubatillas por semana no pasa nada. Si le das a los porros, bueno, ¿Qué mal hacen los porros? ¿Cuánta gente se queja o está contra la legalización de drogas blandas como los porros? No pasa nada. Al fin y al cabo, alivian en general el estrés y .. ¿Cuánta gente se ha muerto por fumar porros? ¿Estás deprimido? ¿Te ha dejado la novia/novio/mujer/marido? ¿Se ha muerto tu padre? ¿Tu hijo? ¿Tu madre? ¿Tu hermano? No hay problema: aquí tienes este antidepresivo, que además de hacer que tu realidad deje de ser tan/más jodida porque químicamente te estamos tocando el cerebro, por si no es suficiente te doy Orfidal o Lorazepam para que te tomes medio por la mañana para ir más tranquilo a trabajar y medio por la noche para que puedas dormir. Son fármacos, no son drogas. Son sustancias legales, no ilegales. La parte complicada llega cuando hablamos de otras cosas: Ah, ¿Qué te metes coca? (droga nº 1 por antonomasia a la hora de identificar a un hipotético yonki.. antes que otras que tienen efectos mucho peores como la heroína). Joder, que yonki. ¿Extasis? Que yonki. ¿Speed? ¿Eso qué es? ¿Eso no es la cocaína de los pobres? Da igual: que yonki. ¿Acido? ¿Eso es el MDMA ese, no?. Argumentos que no entran en la coherencia de lo que es tan siquiera por definición (véase comparación acido-MDMA). Argumentos que se sostienen en la legalidad… legalidad que se cambia y moldea a antojo precisamente de esos que mencionaba antes que elegíamos para que nos representaran. He escuchado tantísimas veces el discurso anti drogas … pero lo peor es escucharlo de quien realmente roza el alcoholismo y te quiere dar lecciones por meterte dos rayas, de quien se hincha a tranquilizantes para soportar su mierda de vida y luego se desmadra y acaba metiéndose keta. Lógicamente no todo el mundo que critica es un consumidor en potencia de esas u otras sustancias, pero hay mucha, mucha gente con estas “características”. Gente que basa sus argumentaciones en la legalidad y no en el daño que hacen estas sustancias (de las que otro día quizás hablaré). La sociedad te dice que no consumas más de lo que la sociedad marca como consumible. Si no, eres un yonki.

En fin. Es tarde. Son las 6.33 y como una buena amiga me dijo: “cuando aparece el reproche, es mejor estar en la cama, o irse rápido a casa”. Y el reproche (la luz del sol) empieza a aparecer en modo de claridad por debajo de la persiana de mi salón. Me considero una persona tan sumamente nocturna que odio cuando la claridad viene tras una noche que me ha cundido tanto como la de hoy. Pero reconozco que el reproche me deprime. Donde la gente ve la luz de un nuevo día, tras noches como las de hoy, yo veo simplemente algo que me dice que no debería estar aquí, algo que no me gusta, algo que me hace sentirme mal.

La vida da muchas vueltas… demasiadas. Llevaba mucho sin escribir. Este blog del “pensamiento transgresivo”. Pero un blog al fin y al cabo sobre pensamientos personales, pero que lo que es peor… no transgrede nada. Porque la sociedad impone tan fuerte que cuesta demasiado hablar con total sinceridad. Es difícil, por no decir casi imposible soltar la retahíla de cosas que uno tiene en la cabeza. Porque la sociedad se le echaría a uno encima, porque quien te quiere y a quien quieres no entendería o malinterpretaría. Porque uno realmente puede ser o creerse un outlier, pero.. ¿Lo es realmente?